El nacimiento de Venus, contexto histórico

En un lienzo de 2.75 metros de ancho por 1.75 metros de alto, Botticelli transformó, con sus pincelazos, líneas y pinturas, una historia mítica del nacimiento de la diosa Venus, tomada muy seguramente de La metamorfosis de Ovidio, a una bella imagen que cautiva desde el primer momento. Al verla no es mucho lo que se puede relacionar con la época en la que su creador vivía, a lo sumo una característica que podría ser la más importante de todas: el renovado interés por la cultura y literatura clásica.

Al ser esta obra una representación mítica no se pueden definir ciertos aspectos, tales como, las características del periodo histórico de la obra, actividades económicas e incluso las mismas posiciones sociales de los personajes. Sin embargo, de quien sí se puede decir al menos la clase social es de aquella joven, la hermosa Simonetta Vespucci, quien fue la musa, y gran amor, de Botticelli para interpretar a la diosa Venus. Simonetta nació e familia noble y se casó igualmente con un hombre noble, Marco Vespucci.

Esta obra es enigmática y revolucionaria porque, dados su contexto y su época, aparece de repente una desnudez que cautiva e incluso perturba a la sociedad de entonces; por otro lado, dadas las influencias neoplatónicas cristianas del autor, muy probablemente en sus obras buscaba unificar el cristianismo con la cultura clásica o paganismo, muestra de esto es El nacimiento de Venus.

Venus es representada en su humanidad, en medio de la tierra, del agua y del viento que le lleva rosas, su mirada es inocente, pura y hermosa como la primavera que la viene a recibir. La suya es una feminidad tierna, una belleza sensible y un amor puro.