Pintura renacentista con toques sutiles pero complejos. Trata del nacimiento de la diosa Venus, más conocida como diosa del amor, al descender de una concha dorada. Demuestra la belleza de las mujeres de la época y la feminidad, sensualidad e intelectualidad que las mismas tenían.
Este tipo de pintura era muy común en el renacimiento, pues se buscaba darle una explicación a las cosas por medio del arte. Lo que rodea a Venus tiene que ver también con toda la mitología griega y romana y las cosas que tenían como representación de la misma.
Los colores son discretos, justo como todo en la obra, los verdes y azules resaltan dentro de los tonos rosáceos y dorados que simbolizan una vez más el carácter divino de la diosa.
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